Es curioso el "revuelo" que produce la presencia de Rodrigo ahora mismo en el cole. Tod@s cuando le ven le dicen algo cariñoso, le sonríen, le hablan con dulzura, como protegiéndole... Le ven diferente, es inevitable de momento. Queremos que todo sea normal pero todavía no somos capaces, es demasiada novedad. Esta mañana le salió sangre de la nariz y alguien dijo "¡seño, los chinos también tienen sangre!". Ellos han visto las fotos del cole donde estaba él en su país, pero yo creo que no se hacen a la idea de que es un niño normal y corriente. Si le decimos que viene de Marte les encajaría más... ¿Qué pasará por sus cabecitas..?

Hoy estaba en la alfombra jugando con coches y ositos pequeñitos de colores. Adrián también estaba allí jugando con lo mismo (aunque no juntos, no había interacción, sólo estaban físicamente uno al lado del otro) y llegó un momento en que Rodrigo decidió que ya era hora de recoger todo. Pero Adrián quería seguir jugando a eso, así que le decía: -"por favor, no lo recojas, yo quiero seguir jugando". Pero Rodrigo seguía metiendo todo en las cajas. Adrián paciente y suavemente se lo repitió varias veces. Pero no se enfadó, y ante su impotencia recurrió a su amiga Andrea: -"Andrea, Rodrigo no me hace caso..." Y Andrea, muy conciliadora como siempre, dijo -"no te preocupes, es que a lo mejor no te entiende".

Adrián lo asumió y prefirió renunciar al juego antes que quitarle los juguetes a Rodrigo (os digo yo que si hubiera sido otr@ niñ@ quien no le hace caso, como mínimo arruga el entrecejo y tiene alguna palabrita con él, eso si no le harta mucho y directamente se lo quita o viene a quejarse). Me asombra cómo protegen a Rodrigo.

Por cierto, estoy contentísssssssima porque hoy ha venido al cole sin llorar (su primer día sin lágrimas) y además ya hemos escuchado su voz. Para mí ha sido un regalo enorme. Otro pasito más.