NUESTRO RINCÓN PARA COMPARTIR




martes, 21 de septiembre de 2010

Concretando

Llevamos un par de días que en nuetras conversaciones en clase sale la palabra "monstruo", de una forma o de otra. Ayer por ejemplo Adrián dijo que había soñado con uno que tenía muchos "chichones" y una cola muy larga, así que hoy lo dibujó y lo metió en nuestra cajita de monstruos. Andrea y Aarón también quisieron dibujar más así que ya hemos "cazado" 7 (4 la semana pasada, 3 ésta). Hemos abierto un poquito (sólo una rendijita, lo suficiente para meter los papeles pero sin que puedan escaparse...) y Adrián se ha llevado un buen susto porque cuando me ayudó a cerrar la caja ésta tembló mucho (yo creo que los monstruos se enfadaron un poco...) pero como es un chico valiente se repuso enseguida y siguió ayudándome; eso sí, advirtiendo primero a sus compañer@s que tuvieran cuidado...


...Así que hoy hemos pensado enviar una nota a casa para que sepan nuestras familias que queremos aprender sobre este tema. Quizá puedan prestarnos cuentos, películas, recortes de revistas... Por lo pronto ya tenemos la peli "Monstruos S.A." y hemos visto hoy un trocito. También iremos a la biblioteca del cole, a ver qué encontramos por allí.


Queremos saber por ejemplo nombres de monstruos famosos, dónde viven, qué comen, si hablan o no, cómo son...


Para hacer la nota hemos pensado primero a quién debíamos dirigirla, qué queríamos con ella y cómo íbamos a despedirnos de una forma educada. Creímos necesario poner al final la palabra "gracias".


Como son muuuuuuuchas letras, cada un@ ha copiado un trocito de la pizarra. Luego hemos fotocopiado una hoja para cada un@. Et voilà...


1 comentario:

MONCHO dijo...

Había un niño que tenía mucho miedo de dormir a oscuras, porque pensaba que la habitación se llenaría de monstruos. Pero llegó un día en que era tan mayor que ya no podía dormir con luz.
Esa noche estaba muerto de miedo, pensando en los monstruos; tanto, que fue a su armario por una linterna. Pero al abrir la puerta, se encontró un monstruo frente a frente, y dió el grito más grande del mundo. Entonces el monstruo dio un paso atrás, agarró sus pelos de colores con sus tentáculos y ... ¡se puso a llorar! y lloró tanto y tanto tiempo que al niño se le pasaron el susto y el miedo. Como pudo calmó al monstruo y empezó a hablar con él, preguntándole por qué lloraba y qué hacía allí. El monstruo le contó que vivía en el armario, pero que casi nunca salía de allí por miedo al niño. Cuando le preguntó por qué, resultó que la cara del niño le parecía lo más horrible que había visto nunca, con ojos, orejas y nariz. Lo mismo pensaba el niño del monstruo, que tenía una enorme cabeza llena de bocas y pelo. Hablaron tanto que se hicieron bastante amigos, y entonces comprendieron que ambos tenían miedo de lo mismo: aquello que no conocían. Para no tener miedo, ¡sólo tenían que conocer a los demás!. Así que juntos fueron por el mundo viendo leones, tigres, cocodrilos, dragones... y a todos los conocían primero, y a todos los convertían en sus amigos sin sentir miedo alguno.
Y aunque sus papás están contentos porque piensan que su hijo ya es mayor para pensar que los monstruos existen, lo que de verdad ocurre es que el niño habla y se hace amigo de todas las criaturas que visitan de noche su habitación.


A mi me ha gustado este cuento, es cierto que cuando nos paramos a conocer a un monstruo podemos encontrar en él un gran aliado. !Me encantan los monstruos, y sobre todo los pequeños!