Adrián fue uno de sus primeros clientes. Martina no debe hacer mal su trabajo, porque sin anestesia ni nada algo le extrajo de la espalda después de auscultarle cuidadosamente, y al paciente se le veía tranquilo (¿o será que en esa bebida que le dio al principio iba un relajante camuflado..?)
No tenemos claro si es cirujana-peluquera o peluquera con vocación de doctora. En todo caso, da mucha tranquilidad saber que tenemos en clase alguien con tanta habilidad. El precio, barato barato, y sé de buena tinta que hay lista de espera. A pesar de la crisis, quien trabaja bien, triunfa...
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