PENSANDO EN EL FUTURO

- Izan, ¿por qué tienes una horquilla del pelo en la mano? ¿De quién es?

- Es de Nereida, Seño, pero me la ha dado.

- Bueno, pero quizá le haga más falta a ella que a ti, tú tienes el pelo muy corto.

- Ya, pero me la ha regalado para cuando yo tenga una niña.

- ¿Tú vas a tener una niña, Izan?

Se encoge de hombros, y luego asiente con la cabeza. "Creo que sí", me dijo muy serio.

20 minutos más tarde se acerca a mí y me dice: - "Seño, es que no sé qué nombre ponerle a mi hija cuando la tenga".

Pensándolo bien, poner nombre a una hija debe ser una tarea muy meditada, así que está bien que con 4 años ya se lo vaya planteando; no vaya a ser que luego le pille el toro y tenga que buscar un nombre deprisa y corriendo en el hospital. Será precioso y sin lugar a dudas, muy pensado.