Una de las habilidades que tienen que aprender los de 3 años es pedir ayuda de una manera adecuada, educadamente. Sin lloriquear y esperando el turno.
Menos mal que tengo unos ayudantes extraordinarios en clase; porque chico, es que estos botones del babi son tan rebeldes que a veces no es fácil ponerlos en el ojal correspondiente, como les pasa a Izan y a Sergio.
O el caso de Adrián, que después de abrocharse tooooooooodos los botones, ahora van y se salen de su sitio... Menos mal que Rodrigo y Natalia son sus amigos y les ayudan. Eso sí, sólo les hacen caso si se han dirigido a ellos con buena educación, pidiéndolo por favor. ¡Y luego hay que dar las gracias, por supuesto!
De paso os contamos, aunque no tiene nada que ver con lo anterior, que esta mañana ha llovido "infinito" pero para mañana hay predicción de buen tiempo así que sí podremos irnos al campo a comer las castañas. ¡Bieeeeeeeeeeeeeen!
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