Adrián, Andrea y Aarón estaban pintando de amarillo unas estrellas "con cola" para recortarlas y que sirvieran de adornos navideños. Tenían las manos sucias de pintura de dedos y dijeron, una vez acabada la tarea, que iban al baño a lavarse. Yo les dije que sí, pero que por favor revisaran luego cómo quedaba el lavabo, que no quedaran manchas de pintura.
Mientras, Nádelin y yo estábamos enfrascadas con las regletas, las decenas y las unidades, ajenas a los movimientos de los más pequeños.
De vez en cuando yo miraba hacia la puerta de la clase. Huy, éstos tardan mucho en llegar del baño... En ese momento entra Aarón de puntillas y coge una toallita húmeda, sin decirme nada. A los pocos segundos es Andrea la que lo hace, también sigilosamente. Y más tarde Adrián, pero él coge papel seco. Quiero ver "hasta dónde llegan", cómo resuelven lo que sea que ocurre en el lavabo, así que cuando no se dan cuenta voy a ver qué pasa. Lo que me encuentro es que están dejando el lavabo como los chorros del oro, y también el espejo, que, según ellos, estaba sucio... El problema es que aquello no tenía fin pues echaban jabón a las toallitas húmedas y al frotar no paraba de salir espuma y más espuma... De ahí que tardaran tanto, claro.
En fin, el lavabo debió quedar sin un solo germen, por el volumen de espuma que había en el espejo, la pared, el suelo... ¡Que no se diga que no son limpios estos niñ@s de infantil!
2 comentarios:
Que digo yo que si necesitan un dinerillo extra para chuches les puedo dar un trabajito de fin de semana visto lo visto.
A la cola, a la cola Victoria!! Primero los tenemos que explotar las familias...jajaja
!Que chollo tenemos con estas criaturitas tan eficientes!
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